Equilibrar la energía vital

En nuestro día a día hacemos muchas cosas, en ocasiones muchas más que las que nuestra energía vital puede sostener en el tiempo. Por eso es interesante que nos podamos plantear de qué manera podemos equilibrar la misma.

Primero vamos a preguntarnos qué hace que nuestra energía vital se vaya fugando:

  • Tener listas de «tengo que»…aunque puede ayudarnos a organizarnos si estas listas no las percibimos de una manera flexible se convierten en obligaciones urgentes y nos provocan estrés.
  • Quedarse enganchadas en rumiaciones y bucles mentales: Ser conscientes de que aquello a lo cual le prestamos atención va a tener un impacto en nosotras, el mismo puede verse reflejado en síntomas, hipervigilancia, estrés, ansiedad, melancolía, miedos, etc. Cierto es que no podemos impedir que entren pensamientos negativos, pero igual de cierto es que puedes gestionarlos. Aprender técnicas de relajación y hacerse con la práctica de atención plena puede ayudarte en este sentido.
  • Estar con personas que nos dejan agotadas: Es posible que hayas tenido la experiencia de haber compartido con alguien un rato y haber terminado completamente agotada, esto puede deberse a que esta persona promueva en ti sentimientos o sensaciones que no sepas gestionar y eso haga que la energía vital se desvanezca. Conocernos de manera tal que podamos percibir cómo se está perdiendo esa energía vital nos ayudará a tomar medidas antes de que se agote. Hay personas que notan malestar en alguna parte del cuerpo, dolor de cabeza, tensión en el cuello, molestias estomacales, ansiedad oral, inquietud,etc.
  • No escucharnos: personalmente creo que ésta es una de las razones por las cuales perdemos más energía vital. En general, si estanos atentas nuestro cuerpo, a través de la sensopercepción y nuestra mente a través de las emociones nos avisan de lo que necesitamos a tiempo real. Lo que ocurre es que estamos gestionando tantos imputs a la vez que no prestamos la debida atención. Es imprescindible que vayamos haciendo varios parones al día y nos preguntemos: ¿Qué necesito?, si nos lo damos recuperamos energía vital, si no la perdemos.

Estar conectada con nuestros límites y necesidades nos ayuda a delimitar lo que vamos necesitando. Quedarse agotadas de energía vital tiene muchas consecuencias porque no es fácil de recuperar, requiere tiempo y paciencia: dos variables que en este bio-ritmo frenético en el cual vivimos nos puede ser un reto gestionar.